Así lo indicó por Profesional el senador, Juan Cruz Curá, quien señaló que la problemática de la inseguridad en esa zona debe ser abordada en conjunto con el sector público y privado.
A 312 kilómetros de la ciudad de Salta se ubica uno de los lugares de más difícil abordaje que tiene la frontera norte de la Argentina, Aguas Blancas. Por esa entrada informal llega gran parte de la cocaína que se consume en el país o que desde aquí se envía al exterior.
Poco se conoce fuera de esos kilómetros de aquella verdadera fiesta del contrabando y la droga, que se extiende desde Bermejo, en Bolivia, y tiene sus otros vértices en Aguas Blancas y en Orán, a 30 kilómetros del paso clandestino.
No queda exento de esta realidad paralela el sector de Salvador Mazza, cuyo paso internacional conecta con Yacuiba, y en donde la situación ilegal es exactamente igual.
Por Profesional, el senador provincial Juan Cruz Curá expresó que desde hace años los oranenses y salteños que viven en San Martín, solicitan que se ejecute un plan más elaborado para erradicar este flagelo.
Recordó que, si bien hace un mes la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich y el gobernador Gustavo Sáenz, recorrieron la zona con el propósito de definir un plan de acción y colaboración entre Provincia y Nación para reforzar la seguridad en la frontera norte del país.
No obstante, instó a los funcionarios a incorporar a todos los sectores, privados, colegios de profesionales, centros de obrajeros, etc. quienes tienen una visión más realista de lo que ocurre en Aguas Blancas. Aseveró que durante el gobierno de Mauricio Macri, momento en el que Bullrich se desempeñaba en el mismo cargo, se intentó realizar un control con los “trabajadores de fronteras”, mejor conocidos como bagayeros, cuyo propósito no vio nunca luz.
Manifestó que la subsistencia de la mayoría del pueblo y de los habitantes de la zona depende de una sola cosa: cruzar el río y llegar a Bermejo, una localidad boliviana que tiene 30.000 habitantes. Luego, descargar y cargar, según sea el caso, y regresar. De eso, y de planes sociales se vive en la frontera de Salta.