El juez Francisco Oyarzú enfrenta un complejo panorama disciplinario, con al menos cinco sumarios administrativo en su historial mientras aún se espera un juicio político (jury) en curso para evaluar su continuidad en el cargo. A raíz de estas faltas, fue suspendido por 30 días sin goce de sueldo.
A pesar de la suspensión dispuesta, Oyarzú se presentó ayer en su juzgado, desoyendo la medida. Según trascendió, se le notificó formalmente su suspensión y se le solicitó que se retirara del edificio, evitando el uso de la fuerza pública para desalojarlo.
Diversos actores del ámbito judicial critican su accionar, señalando que parecería regirse por un “código penal paralelo” y cuestionando su interpretación excesivamente garantista del derecho penal.
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