Aguas Blancas reclama fuerzas federales en la frontera con Bolivia
Nacionales08/01/2024Leticia Tordoya"Tenemos una inseguridad tremenda y falta de recurso humano. No hay comisarías. Solamente una subdelegación que pertenece a Orán". El detalle lo brindó el intendente de Aguas Blancas, Carlos Alfredo Martínez. Es el tercer jefe comunal en la jurisdicción municipal, creada en octubre de 2012 mediante la ley 7739, sancionada en la Legislatura salteña y promulgada durante la gestión de Juan Manuel Urtubey.
Martínez excusó de responsabilidades al actual gobernador, Gustavo Sáenz. "Tiene la mejor predisposición", dijo a Salta/12. En la crónica de los problemas que atraviesa el municipio a su cargo, repitió uno que posicionó como el verdadero, porque en su localidad desborda la capacidad de la Policía salteña que atiende los dilemas de convivencia entre vecinos y vecinas de Aguas Blancas.
"Le pido a Nación que urgente venga a evaluar cómo estamos en estos momentos. Siete o seis efectivos de (la Policía de la) Provincia no alcanzan. Hay gente detenida que luego debe ser liberada, y después hacen de todo en el pueblo", mencionó al final aludiendo a los violentos robos nocturnos, que no eran moneda corriente en la localidad.
El intendente se mostró convencido de que esa ola de robos violentos no proviene de vecinos o vecinas del mismo pueblo. "Nos conocemos todos, no son de aquí", aseveró. "Es imposible que se pueda controlar todo", agregó, "pasos (a Bolivia) y tráfico (de mercaderías) con chalanas". Mencionó que se suma el tráfico de drogas que, en el contexto del bagayeo, circula por sendas que se internan en la selva de Aguas Blancas y la ciudad de Bermejo, del lado boliviano.
El municipio pertenece al departamento Orán y se encuentra al final del recorrido por la ruta nacional 50. La vecina Bermejo concentra la principal actividad comercial en la zona, con centros mayoristas y minoristas que atraen como un imán tours de compras desde las ciudades de Salta, San Miguel de Tucumán, San Salvador de Jujuy, Santiago del Estero y Córdoba. Desde esa frontera que puede parecer remota, el intendente Martínez retrató la violencia alrededor del tráfico de mercancías entre Aguas Blancas y Bermejo.
Las declaraciones del jefe comunal persiguieron un solo objetivo: capturar la atención del Ministerio de Seguridad de la Nación, por segunda vez a cargo de Patricia Bullrich. "A nosotros, con Bolivia nos divide un paredón, que es la defensa contra (las crecidas d)el río", detalló el jefe comunal. "Desde ese lugar, a cien metros ya no tiene jurisdicción Provincia". "Ese sector le pertenece a la Policía Federal. Por eso solicitamos más presencia de Nación", insistió. "No cambió nada durante la gestión de Aníbal Fernandez", agregó luego por el antecesor de Bullrich en la cartera de Seguridad.
Martínez detalló un escenario de combate que nadie ha resuelto. Está compuesto por la playa del río que media entre los dos núcleos urbanos, y complementan espacios de selva degradada que los circundan. Allí un bando pelea, arrebata o roba, amedrentando o atacando con puntas o armas de fuego, a quienes cruzan hacia la ciudad de Bermejo por los incontables pasos clandestinos. Lo atraviesan límites imaginarios, líneas que demarcan responsabilidades administrativas de tres jurisdicciones diferentes. Una corresponde al Estado argentino, otra al Estado Plurinacional de Bolivia, y la tercera, al ser municipal, depende del gobierno salteño.
"El sector donde se encuentra el límite entre Argentina y Bolivia está desprotegido por la falta de un convenio para poder garantizar la seguridad en la playa con el puerto de chalanas", insistió Martínez. Ese hito o mojón que sirve para orientar por donde pasa la línea que separa los países fue instalado durante la primera presidencia de Evo Morales. Lo recordó el presidente del Concejo Deliberante de Aguas Blancas, Fabián Gutiérrez.