Costumbre bien argentina: el mate cumple 10 años como infusión nacional

Si hay una costumbre que marca a los argentinos es la de el mate. Esta infusión ya cumple 10 años como "infusión nacional", pero en realidad tiene más de 100 años de producción industrial. Esto es gracias a las primeras plantaciones de cultivo. Además, por si esto fuera poco, celebra el próximo jueves -30 de noviembre- su día con consumo sostenido y exportaciones en alza.

Ante esto, desde el Instituto Nacional de la Yerba Mate, declararon en Télam: "Tomar mate implica mucho más que beber una infusión; es un gesto de amistad, de cordialidad; un sinónimo de encuentro que trasciende edades y estratos sociales". Asimismo, desde organismo público-privado también destacaron: "Gracias a sus reconocidas propiedades antioxidantes y energizantes, tomar mate también implica incorporar al cuerpo una serie de beneficios para la salud".

Tal es así que gracias a la combinación de valores sociales, culturales y saludables, en diciembre de 2014, el Congreso de la Nación sancionó la Ley 27.117 en la que se dispuso que cada 30 de noviembre se celebre el "Día Nacional del Mate". Esta fecha surgió en honor al caudillo Andrés Guacurarí y Artigas, más conocido como Andresito. El hombre, que nació en dicha fecha, pero de 1778 en la localidad correntina de Santo Tomé, gobernó la denominada Provincia Grande de las Misiones.

Esta nueva ley tiene la finalidad de que, en todos los eventos y actividades oficiales culturales se promocione el consumo de mate y se haga hincapié en la bebida como representativa de las tradiciones nacionales. Asimismo, hay que destacar que el mate fue declarado, el 3 de julio de 2013, también por el Congreso Nacional y bajo la ley 26871 como "Infusión Nacional".

¿Cuál es el origen de el mate?

A pesar de que existen muchas discusiones de si el mate es argentino o uruguayo, en realidad Argentina se queda con la victoria. Esto es porque los orígenes del mate se remontan a la cultura de la etnia guaraní, que utilizaba las hojas de la planta de yerba mate (Ilex paraguariensis) como bebida, y eran objeto de culto y ritual. Además, también eran moneda de cambio en sus trueques con otros pueblos prehispánicos como los incas, los charrúas y aún los araucanos a través de los pampas.

De todas maneras fueron los conquistadores, los cuales aprendieron de los guaraníes el uso y las virtudes de la yerba mate, quienes lo llevaron por todo el entonces Virreinato del Río de la Plata. La difusión llegó al punto que se organizó un intenso tráfico desde su zona de origen a toda la capital. Aunque, tiempo después de esto llegaron los jesuitas, quienes se adjudicaron la creación.

Introdujeron el cultivo en las reducciones distribuidas en el norte de la Argentina, y Sur de Paraguay y Sudoeste brasileño; y fueron los responsables de que la yerba mate fuera conocida en el mundo civilizado como el "té de los jesuitas". Aunque, no fue hasta 1903 en Santa Ana (Misiones) que se realizó la primera plantación de yerba mate para reemplazar el, hasta entonces, consumo de plantas silvestres que crecían en la selva, que desaparecieron por la sobreexplotación del recurso.