Ojea aseguró que el Sumo Pontífice es un “un Jefe de Estado al que se le debe un respeto particular”.
Las consideraciones del presidente de la Conferencia Episcopal se hicieron a través de una entrevista que fue publicada en la página oficial de la Oficina de Comunicación y Prensa de la entidad, luego de que Milei catalogara a Francisco como un “personaje impresentable, nefasto y representante del maligno en la Tierra”.
Al respecto, Ojea sostuvo que “muchas veces” el Papa se vio “maltratado sistemáticamente” por algunos medios de comunicación, y consideró que eso contribuyó a que se lo lea poco y a que se difunda menos su palabra y pensamiento, para detenerse en “pequeñeces muy buscadas con mala intención” por un sector de la prensa.
Entonces fue ahí que, sin nombrarlo directamente a Milei pero en una clara alusión al postulante libertario, aseguró: “En ese contexto también uno de los candidatos se ha expresado con insultos irreproducibles y con falsedades. Como expresó monseñor Gustavo Carrara, el Papa es para nosotros un profeta de la dignidad humana en un tiempo de violencia y exclusión. Pero, por otra parte, también es un Jefe de Estado al que se le debe un respeto particular”.
Asimismo, el sacerdote recordó la declaración publicada por la Iglesia el 22 de agosto, tras las PASO, e hizo énfasis en ciertos preceptos que transmitieron a través de ese documento, como que “es imposible construir un país sin diálogo y con insultos, gritos y descalificaciones”. Bajo esa postura acotó: “Nos preguntábamos cómo se va a gobernar un país dividido. Y afirmábamos que el clima de violencia en las expresiones de los candidatos no ayuda a la paz social”.
Además, Ojea sostuvo que en este tiempo de “desesperanza y decepción” devenida de la creciente pobreza que hay en la Argentina, su principal preocupación es que haya aparecido un “clima de autodestrucción” al que definió como “un deseo de que todo se desborde para caer en el vacío”, como “una enfermedad social que anula todo horizonte y proyecto de futuro”, y como “una suerte de autoboicot”.
Así marcó que la declaración que hicieron en agosto continúa vigente y que está dirigida a todos los que compiten por cargos en estos comicios, como así también que contiene “principios irrenunciables” para la Iglesia. “En primer lugar, el cuidado de la vida de cada uno de los ciudadanos y ciudadanas. Para nosotros la vida debe ser cuidada desde el inicio de la concepción, pasando por todas las etapas de su desarrollo hasta la muerte natural”, sostuvo.
Y siguió con su enumeración: “En segundo lugar, la opción preferencial por los pobres y excluidos. Para el Evangelio en ellos está presente Jesús. ‘Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber’ (Mateo 25,35). Jesús se identifica con ellos, por lo tanto es imposible que la Iglesia renuncie a estar junto a ellos”.
Sobre esto último, monseñor indicó que “no es hacer pobrismo” intentar pedidos como los que encabezó la Iglesia en estos años, vinculados a que exista un Estado presente; al respeto por las economías solidarias; y a la creación de trabajo genuino y digno. “Pensarlo así [que es hacer pobrismo] sería desconocer todo el trabajo para la promoción humana que realiza la Iglesia buscando crear las condiciones para una vida más humana y más justa. Ante cualquier gobierno que sea electo, la Iglesia no va a renunciar a reclamar los derechos de los últimos, porque esto sería traicionar el Evangelio”, indicó.
Planteó incluso que es “irrenunciable el compromiso con el cuidado de la casa común”, para combatir la crisis socio-ambiental que vive el mundo, producida -según dijo- por el cambio climático “que nos pone en riesgo como humanidad”. Así marco otro punto de inflexión con Milei, quien supo señalar que el calentamiento global era una mentira del socialismo.
“Finalmente, recordamos en el documento del 22 de agosto a todos los candidatos para las próximas elecciones que es imprescindible que la libertad y nuestros vínculos sean vividos conforme al espíritu y a la letra de la Constitución Nacional como marco que guía acciones y decisiones”, destacó Ojea.
En tanto, el sacerdote sostuvo que desde la Iglesia no avalan a ningún candidato en particular porque esa no es su misión, porque tampoco les corresponde y porque respetan la voluntad popular. “Nosotros intentamos iluminar la conciencia de los fieles con los principios del Evangelio. Expresamos principios que creemos puedan ser útiles para reflexionar el futuro de este pueblo que amamos y al que servimos. Nuestra misión es pastoral y si bien enunciar esos principios puede incomodar, o los mismos candidatos expresar su desacuerdo, de ninguna manera renunciaremos a la vocación primera de anunciar el Evangelio con libertad”, advirtió.
“En el capítulo V de la Encíclica Fratelli Tutti, Francisco nos habla de la mejor política. Para la doctrina social de la Iglesia la política es la más noble de todas las artes, como decía el Papa Pio XI y lo vuelve a refrendar el mismo Papa Francisco. La vocación del político es transformar la realidad, hacerla más humana, para que las personas a las que sirve como político puedan desarrollar al máximo sus talentos y capacidades al servicio del del bien común”, cerró el presidente de la Conferencia Episcopal.