“Hay un proyecto presentado ayer y algunos dicen que lo pueden tratar hoy en el recinto. Si juntan los dos tercios pueden votarlo. La Presidencia del Senado no puede detener ese proceso y esa voluntad de los senadores”. Así comenzaba a traslucirse la maniobra que estaba en marcha. Los senadores tenían planeado aumentarse el sueldo y así lo hicieron, en una sesión, sin debate y mano alzada.
Varios de ellos firmaron el miércoles una resolución para desde el 1 de mayo -el día del trabajador- aumentarse los sueldos de 1,9 millones a $4,5 millones (bruto), pese a que Javier Milei había puesto el grito en el cielo con el primer intento en marzo.
Entonces, la titular del Senado, Victoria Villarruel, acató la marcha atrás, pero fijo postura públicamente: “No estoy de acuerdo. Un senador no puede ganar menos o igual que un empleado. Se rompe la escala salarial”, dijo. Ahora, ante la avanzada de varios bloques, la Vice, después de los desencuentros con la cúpula del poder que concentra también Karina Milei, prefiere mostrarse prescindente.
“Si los senadores quieren avanzar, no podemos hacer nada”, insistían cerca de la Vicepresidenta para despegarse del proyecto de resolución y lleva las firmas de Juan Carlos Romero (Cambio Federal), Pablo Daniel Blanco (UCR) , Lucila Crexel (Comunidad Neuquén) y Daniel Kroneberger (UCR), entre otros.
Los presidentes de bloque tuvieron el miércoles una reunión de labor parlamentaria y aseguran que el tema “dietas” no formó parte del temario, que sí incluyó los pliegos de los embajadores que impulsa el Gobierno de Milei. El radical Martín Lousteu finalmente cedió para avalar la designación del rabino y amigo del Presidente, Axel Wahnish, como embajador en Israel. La estrategia del Gobierno fue enviar los pliegos en un mismo proyecto. Si caía uno, caían los otros: Guillermo Nielsen (Paraguay), Gerardo Werthein (Estados Unidos), Mariano Caucino (India), Ian Sielecki (Francia) y Sonia Cavallo (OEA).
“Habemus sesión”, decían ayer al término de labor parlamentaria cerca de Villarruel. La intención de la Vice era concederle al Presidente un triunfo en el Senado, después del revés con el DNU, cuando presionada por la oposición, convocó a una sesión y la Cámara alta, donde la LLA apenas tiene 7 representantes, rechazó el decreto ideado por Federico Sturzenegger. Finalmente, Villarruel pudo avanzar con la aprobación de los pliegos, pero en el final de sesión se coló la suba de las dietas. La Libertad Avanza no levantó la mano. Hubo silencio. Ahora, en Diputados esperan replicar la jugada.